A nuestros familiares y amigos extintos los recordamos con mucha más frecuencia que una vez al año, es más, cuando han influído en nosotros por haber compartido algo importante, los recordamos con frecuencia casi cotidiana y diversos motivos de la actualidad nos los traen a la memoria. Claro que, fechas como la del paso a otro plano, por su carga de emotividad, merecen un homenaje especial, sin desmedro que, como escribía al principio, esos seres vuelven a nuestro recuerdo casi cotidianamente. Por eso rescato en esta entrada de mi blog, las líneas que siguen y que oportunamente ya he consignado en este, en el capítulo que titulé ":La época Villalba"
Jorge Villalba llegó a San Martín para quedarse, en 1981. Hombre de teatro, poseedor de una trayectoria en Buenos Aires como actor de cine, de teatro y gremialista de su profesión; apenas se instaló en nuestro medio comenzó a contactarse con las personas que años atrás habíamos incursionado en el quehacer teatral en nuestra ciudad.
Creo haber sido el primero en ser visitado a tal efecto por Jorge. Le proporcioné la información que pude, le di nombres , le presenté amigos teatreros como Rafael (Gogo) Demateo e Ivonia Zúñiga.
Con la dinámica que le daba su entusiasmo pronto hizo un rápido y preciso diagnóstico de las necesidades y los recursos: No había un espacio para dar a conocer las manifestaciones culturales que las había y muchas: gente que escribía, gente que pintaba, gente que bailaba folklore o tango, que cantaba y el teatro, disciplina que a Jorge más le interesaba, y que por entonces estaba en total letargo.
Era una primera necesidad contar con una ventana donde mostrar lo que la expresión creaba.
Oídos y ojos puestos en encontrar ese espacio que la cultura necesitaba, pronto descubrió, sobre un predio municipal, el edificio de la antigua iglesia, sólo destinada por entoces, a depósito de muebles y pertenencias varias de la parroquia San José.
Jorge habló con la Intendenta Da. Josefina Ragusi de Orazi y contando con su buena disposición y apoyo a la idea, inició los trámites para conseguir que la Curia con sede en Bahía Blanca , cediera el edificio al municipio para transformarlo en sala teatral.
Sin duda Villalba acometió esta obra con todo su ímpetu y lo logró. Supo reunir a un numeroso grupo de colaboradores con los cuales transformar la iglesia en teatro, herramientas, maderas y clavos mediante, meta que se alcanzó en solamente un mes.
En estos trabajos fueron personas claves por su entusiasmo y sus conocimientos de carpintería: Gogo Demateo y CarlosAlterini.
El Teatro San José fue inaugurado el día del aniversario de San Martín de los Andes en 1982 y fue con un recital poético de autores Neuquinos, que incluyó la lectura de poemas como “Invernal” de Miguel A. Camino que leyó Jorge, “Malón” del mismo autor que leyó Gogo Demateo, con canciones del folklore local y danzas por el grupo “Albricias”
Ya teníamos el espacio, vendría después la creación de la fundación Amigos de la cultura de San Martín de los Andes (FACSMA) entidad en la que Jorge cifró grandes sueños y reunió a personas cultoras de distintas artes como a todos aquellos vecinos deseosos de apoyar las manifestaciones artísticas.
Y completando la trilogía de soportes básicos creó el Grupo de Teatro San Martín de los Andes con el que puso en escena una serie de obras que comenzaría con “Una Vida Secreta” de León Mirlas (En modalidad de teatro leído); continuaría con “ Un Idolo de Cartón”, de Eduardo Morgan Roberts, “Chau Felisa” de Hugo Saccoccia, “La Zorra y las Uvas” de Guilherme Figueiredo . Seguirían muchas otras puestas que reactivaron la actividad teatral propia de nuestra ciudad, que despertaba así , de la mano de Villalba, del letargo en que la sumiera la dictadura que en 1976 dispersó al grupo de teatro A.N.T.A. (2) y fue como un toque de silencio obligado para las voces del teatro local.
La actividad de Jorge no se limitó a lo antes anotado, que es bastante; promovió la llegada de espectáculos de la capital federal y de otros lugares cercanos como Bariloche y Neuquén capital u otras ciudades del Alto valle. También participó de las fiestas de la navidad Cordillerana. Entendía que debía convertirse en un atractivo turístico más de nuestra localidad. Jorge tuvo a su cargo en varias navidades la realización de los Pesebres Vivientes, los que se realizaron en el faldeo del cerro, frente de la estación del A.C.A. fueron espectáculos de luz, sonido y puesta en escena realmente magníficos.
Han transcurrido diecinueve años desde su partida, nuevos cultores del teatro y de las distintas disciplinas artísticas, tanto nativos como venidos a radicarse, han multiplicado y enriquecido las manifestaciones del arte las que han crecido como lo ha hecho nuestra ciudad y, en nuestro ámbito el Teatro San José, que visionariamente Jorge Villalba convirtiera en sala teatral, sigue siendo funcional a las necesidades de nuestros artistas.
Habiendo sido uno de los integrantes de su grupo de Teatro de San Martín de los Andes, siendo Jorge parte importantísima de mis "Recuerdos teatrales" le rindo desde este blog mi humilde y emocionado homenaje.