martes, 29 de noviembre de 2011

CONJUNTO VOCACIONAL "HUELLA"

La primera vez que ví a “Huella”

Cuando ví por primera vez al grupo  de actores de Huella, yo estaba  en el secundario,  estimo que debe haber sido en 1.961 ó 1.962...Ponían en escena “La tercera Palabra” una obra de Alejandro Casona autor que, puede decirse, fue preferido por  este grupo en su primera época. “Huella” había comenzado en 1.957.

La magia del telón cerrado, que despertaba en mí expectativas de no sé qué misterios, quedaron develados al descorrerse la gran cortina bordó, que dejó ver el amplio living de una casa de campo y al foro un enorme ventanal que mostraba  un paisaje con montañas.
En el living dos señoras mayores, de vestidos vetustos como los muebles, hablaban de estar esperando a alguien. Las dos actrices eran Dorita Fernández y Cecilia Núñez que personificaban a dos tías del personaje principal;  de  esas tías propias de Casona con vestidos largos y oscuros adornados con puntilla cerrando pudorosamente el cuello.
Pronto se sumó un tercer personaje, el chofer gallego, que hablaba “bien agallegado” porque...estaba protagonizado por Don Eleuterio González...precisamente conocido por  sus vecinos como “el gallego González”.
La historia me resultó interesante desde el principio.
Los personajes principales eran interpretados por la Sra. Elba Piñeiro de Hassler y el señor José Carlos Bondi; los demás  personajes por Nieta Mastrolinardo quien era mi vecina, por Juan Decembre que era mi profesor en el colegio, por Azucena Del Río, hermana de una compañera mía del colegio...quiero destacar que en esos años todos nos conocíamos.
El papel de malo de la “película” era interpretado por Alfredito Pargade.
El maquillaje estaba a cargo de Beba (esposa de Juan  Decembre) y Merina (Creide).
La mitad o algo más de los integrantes del grupo eran docentes , maestros de la escuela primaria , lo que acaso habla de  las inquietudes por el arte teatral en San Martín de los Andes surgieron de esos profesionales llegados al lejano pueblito cordillerano desde sus provincias de origen.- Para acotar un detalle de quienes tengo seguridad diré que Juan Decembre era oriundo de Buenos Aires y José Carlos Bondi de Santa Fe.-

-Tal vez porque el “bacilo del teatro” estaba dormido en algún lugar de mi alma, me impactó fuerte y nunca olvidé esa representación.- ¡Gracias Huella!


Nota: ilustra esta entrada (arriba) la copia por escaner de una tarjeta blanca común, con el sello que dice: Conjunto Voacional "HUELLA" San Martín de los Andes Provincia de Neuquén el que se utilizaba como membrete en las notas o  para las entradas a funciones. En el reverso de la tarjeta escaneada está manuscrita en letra tipo imprenta la siguiente información: " CINE AMANKAY Diciembre 18-19; $300.- 22 hs"   y, para el recuerdo, he anotado a lápiz: 1969 El pan de la locura. (En su momento incluiré en el blog el recuerdo de la puesta de esta obra cuyo autor es el dramaturgo argentino Carlos Gorostiza) 

martes, 22 de noviembre de 2011

Obras que vi siendo chico...

En Valcheta:
Recuerdo haber asistido, de chico, en mi pueblo, a ver una obra llamada “ Bendita seas” de A. Novión ( recordaba el nombre de la obra pero no el autor, rápidamente lo encontré en internet).- Las actuaciones estaban a cargo de vecinos,  todos conocidos, inclusive dos maestras de mi escuela, por entonces la única escuela del pueblo. Esto sucedía  en Valcheta, provincia de Río Negro ( 1952 ó 53).
 Hasta recuerdo que la función fue en la misma escuela; la Nº 15 “Benjamín Zorrilla”. Un vecino de la casa de al lado, Don Ambrosio, hacía uno de los personajes. Otros personajes eran interpretados por un  comerciante, otro por un empleado…En fin todas personas mayores que yo veía casi a diario. Esto justamente era lo que llamaba mi atención de niño: ¿era un juego? Sí, claro, era como si los mayores jugaran a juegos semejantes a los que nosotros hacíamos a diario o dirigidos por nuestros maestros para las fiestas escolares. Con detalles de vestimenta, peinado y formas de hablar y manifestarse que no eran las habituales de esas personas.
Ya había visto los títeres  y las comedias en la escuela…¡Ah! La Escuela,  tan importante siempre en la vida de las sociedades: como lugar de reuniones y manifestaciones diversas, además de su función específica de educar e instruir.


En Gral. Daniel Cerri:
Donde estuve un año con mi hermana Haydée,  mi cuñado Fernando y su hijo mayor Hugo. A pocos kilómetros de Bahía Blanca. En ese pueblo tuve oportunidad de ver dos obras de teatro  en un club social que estaba cerca de la casa. Una de ellas por un grupo del mismo pueblo; es decir que se repetía la situación que había visto en Valcheta: gente que conocía, vecinos interpretando personajes. Es decir jugando en el escenario para que otros mirásemos lo que narraba una historia a través de lo que ellos  transmitían  con gestos, acciones y palabras. No recuerdo el título, pero sí algunas escenas: en una de ellas una señora, tijeras en mano, trataba de pillar distraído a un actor de gran bigote , para cortárselo…Debe haberse tratado de una comedia.
También fuimos con mi hermana y mi cuñado, a quienes por suerte les gustaban esas manifestaciones artísticas, a ver, en ese mismo club,  una obra a cargo de actores de Bahía Blanca, en esa modalidad muy difundida en esos tiempos, por la que primero pasaban la historia por radio, como radionovela y después iban por los pueblos ofreciendo la versión teatral de la misma. Recuerdo que en este caso era la compañía de Mario Mauret y la obra se titulaba algo así como “El hijo del León de Francia". Recuerdo dos escenas , seguramente porque me impresionaron. En la primera un hombre con barba muy larga y vestido con harapos, en una cárcel  con telones pintados simulando piedras de las paredes de un calabozo. En la otra escena un fuerte duelo con espadas entre dos actores.-
Las que he descripto según mis recuerdos , fueron mis experiencias de haber asistido a espectáculos que me impresionaron y acaso prendieran en mi subconsciente la intención de involucrarme alguna vez en esos juegos de ficción.-  

                                       Se agradece por esta imagen a lapineirocastilla.blogspot.com


miércoles, 16 de noviembre de 2011

Imágenes de "¿En cuánto tiempo se derrite un cubito?"

El Autor

Los intérpretes

Jerónimo

Bástet y Jerónimo

La Dire con los intérpretes  
Bastet en el video

El Público

martes, 15 de noviembre de 2011

“¿En cuánto tiempo se derrite un cubito?”



Fecha de estreno Nacional: 5 de noviembre de 2011
Lugar: Teatro san José – sala “Jorge Villalba” 
 San Martín de los Andes Provincia de Neuquén.-
Grupo teatral “Infinito Sur”
Autor: Alejandro Finzi
Dirección general y puesta en escena: Eleonora Arias.
Actuaciones:
Carlos Buganem: Jerónimo
Bárbara Carracedo: Bastet
Cubito de hielo
Edición de video: Bárbara Carracedo
Escenografía: Alejandro Pisarello (Agradecemos su colaboración como Hormiga valiente)

“¿En cuánto tiempo se derrite un cubito?” fue presentada internacionalmente el 30 de noviembre de 2010 en en la Maison de l’Amérique Latine, en París, por Luis Jaime Cortes.
Para Infinito Sur es un motivo de especial orgullo realizar en San Martín de los Andes el estreno nacional de esta  obra que el autor dedicó a su nietito Mathías.
Se trata de una obra breve, destinada al público infantil. Su contenido se propone crear conciencia de la necesidad de cuidar el agua potable, y los glaciares cordilleranos que  están siendo seriamente amenazados por la contaminación que produce la explotación minera a cielo abierto.
Mediante un texto accesible  transmitido por  la familiar figura de un anciano, quien se despierta en una noche calurosa con hambre y sed,  el guión se propone despertar el interés del público al que está destinado. 
El estreno
Cada vez que el actor debe salir a escena es  una emoción intensa. En un estreno se agregan circunstancias que intensifican esa emoción; la expectativa es muchísima.
Meses de trabajo van a ser puestos a consideración de ese  gran jurado que es el público. Esta vez, hablo del estreno de “¿En cuánto tiempo se derrite un cubito?” esta ocasión tiene para mí el agregado de ser la primera en que actuaré para un público infantil y..¡Con el autor entre el público!
Es una constante que se termine, contra reloj, de poner todo a punto para estar en condiciones de iniciar el espectáculo a la hora establecida. Terminamos una pasada rápida para probar los efectos técnicos cuando ya se oían afuera las voces de los chicos…El público esperaba ansioso. Repasé la utilería que debo utilizar en escena, la ropa la tenía encima, así que para relax me tendí en un costado del escenario, desde  donde  debería dar el primer paso para salir a escena cuando llegara el momento.
Y así fue. Todo bien. Comencé a vivir esa noche de pesadilla de Jerónimo. Cuando se apagó la luz y el “decorado sonoro”, así lo llama el autor, indicó que era el momento... Encendí mi linterna, el círculo de luz apareció en el piso del escenario y allí asenté el pie derecho que por cuarenta minutos le prestaría al personaje. Lo había estado creando en los ensayos iniciados en mayo, con la ayuda y experiencia de la directora…
Luego apareció en escena mi compañera de elenco y ambos fuimos desarrollando la historia.
Creo que vale decir , desde quien interpretó el personaje, que la recepción por parte de los niños presentes en el estreno fue muy buena toda vez que siguieron el desarrollo con mucha atención y hasta en algunos momentos participaron, tal el caso en que un niñito le dijo al personaje abuelo: - “ No te duermas…despertate”  (Yo no lo escuche, me lo contaron después; acaso de haberlo escuchado me habría emocionado mucho…Nunca alguien desde la platea me ha hablado antes; o sea no a mi sino al personaje…) De todos modos me emocioné después, cuando el último vestigio del glaciar, el cubito de hielo,  casi había desaparecido en el vaso.
Son fantásticas, increíble vivencias que un texto; un autor mediante ese texto sumado al trabajo de un grupo que conforman directora y actores más la indispensable presencia del destinatario, que es el público, pueden desencadenar y sólo por segundos que el intérprete (actriz o actor) recodarán por el resto de su vida.
Felizmente lo viví en esa tarde, en que por cuarenta minutos más o menos, le cedí mi persona al personaje.-
                                      
                                                En la imagen:  Bárbara Carracedo, Alejandro Finzi, Eleonora Arias, Carlos Buganem


martes, 8 de noviembre de 2011

RECUERDOS TEATRALES de Carlos Buganem

RECUERDOS TEATRALES  de Carlos O. Buganem
Sábado a la tarde, comienzos de noviembre, año dos mil once. Minutos antes del estreno de “¿En cuánto tiempo se derrite un cubito?”, muy fatigado,  ya se sabe el trajín que implican los días previos a un estreno. Estoy  acostado en un rincón del escenario , entre bastidores, para concentrarme y recuperar energías. Afuera ya se escuchaba el bullicio de los chicos que serían mayoritariamente el público. Porque lo que estrenábamos era ni más ni menos que una obra para niños.
A pesar de ser mi primera actuación para chicos, me sentía tranquilo. Es que el trabajo iniciado en mayo contó con la solvencia de una directora en cuya formación, saberes y experiencia, a poco de comenzar los ensayos, supe que podía confiar  totalmente.  Un trabajo a conciencia y muy comprometido que realizamos los tres: porque, iniciados  los ensayos,  Eleonora convocó a Barbi para el otro personaje.
El diseño de la puesta ideado por Eleonora Arias me sorprendía y me mostraba cómo la creatividad de cada director le imprime a una puesta en escena su toque personal y enriquece la propuesta formulada en el texto por el  autor.-
Es hora de decir que el autor es alguien que me honra con su trato y confianza, al proponerme interpretar esta obra suya dedicada nada menos que a su nietito Mathias.  Es el dramaturgo Alejandro Finzi; un admirable licenciado en letras cuyo conocimiento y trato me fue dado por el TEATRO.
Y dado que comienzo este relato para un blog, desde el presente, para luego ir haciendo un recuento hacia el pasado, debo decir que en esta obra para niños, conocí , Gracias al Teatro, a dos excelentes mujeres , y el calificativo va tanto por sus saberes como por el compromiso con que asumieron el que yo llamé “Proyecto Cubito”:  ellas son Eleonora Arias y Bárbara Carracedo.-
Por eso es que: algo  muy importante del teatro, algo de las muchas cosas que el teatro me dio es el conocimiento y afecto mutuo con muchas personas que valoro: una de esas personas es como ya anoté, el profesor Finzi; otro fue Jorge Villalba;  antes Hugo Burgos, José Carlos Bondi, Gogo Demateo, Rodolfo y María, Celeste , Víctor Mayol, Oscar Miglioli, Gustavo Lozano, Carmen y Nefi, María Marta, Oscar Chatruc y Hugo Fuyita, Hugo Saccocia, José Trujillo, Alberto Dos Santos, Alcira Bety, Cecilia…Y… seguro que olvido nombres en este momento pero todos aparecerán a lo largo del relato…porque pienso registrar aquí todos mis Recuerdos Teatrales y, van a aparecer todos porque tomaré obra por obra de aquellas en que tuve participación… incluso cualquier minúsculo personaje que haya interpretado, como fue el más pequeño de todos en una farsa de Casona  donde estábamos Manuel castillo y yo parados sosteniendo un candelabro y temiendo que la llama de la vela prendiera nuestras pelucas de ¡Cáñamo! …  O aquella de Molier en que con Sergio Pazos traíamos en silla de manos al protagonista , personificado por Carlos Riguethi  , desde el fondo de la sala hasta el pie del escenario. Y esa fue toda nuestra actuación… Pero las partes hacen al todo y si hay algo en que es valioso el trabajo de equipo es en la puesta en escena de una obra de teatro.-
( Este elato de mis recuerdos teatrales Continuará el próximo martes. Gracias por leer est blog. Carlos)